Badajoz, 17 de marzo de 2000. Capilla
del convento Santa Ana. Programa: W. Byrd: Laudibus in Sanctis; T.
Thallis: Salvator Mundi, f ye Love Me y Hear the voice and Prayer,
Juan Vázquez: Zagaleja de lo verde,
A, Hermosa, y Si no os uviera mirado y obras de J. Johansson y
M. Ponce. Grupo: Quodlibet, sexteto vocal
Aforo: 100 personas
Asistencia: 60%
Cantar suficiente contrapunto era una de las exigencias que las constituciones
de la Capilla papal, redactadas en 1545, requerían a los aspirantes
al grupo de voces que cantaban en tan privilegiado lugar. Este requisito
lo cumplió con creces el grupo pacense de polifonía Quodlibet
en su actuación del pasado 17 de marzo en la capilla
del convento de Santa Ana de Badajoz.
Con un programa amplio y ponderado que abarcaba
obras vocales desde los siglos XV al XX, Quodlibet supo aprovechar
los amplios recursos que ofrece una voz bien trabajada. La primera parte estuvo
compuesta por obras de los siglos XV y XVI y ahí el grupo hizo una
interpretación brillante. La segunda parte, aunque con piezas del
siglo XVI, estaba formada básicamente por composiciones del siglo XX
bien arregladas e interpretadas.
Comenzar un recital con la hermosa pieza Laudibus
in Sanctis del inglés W. Byrd es una auténtica prueba de
control y dominio de lo que los teóricos hispanos del siglo XVI denominaban
contrapunto, es decir, el canto polifónico. No fue la única
pieza de carácter sacro que iluminó las inmaculadas paredes
del pequeño convento de Santa Ana. Los asistentes pudimos disfutar
de la excelente interpretación de Salvator Mundi, obra de otro
inglés universal: Thomas Tallis.
Además de estas piezas de carácter
sacro, Quodlibet interpretó, y con acierto, composiciones que
suelen ser habituales en los repertorios de grupos polifónicos de cámara.
Así, sonaron dos piezas más de Thomas Tallis If
ye Love Me y Hear the voice and Prayer para dar paso a la parte
profana del repertorio, haciendo especial hincapié en la música
del compositor de origen pacense, Juan Vázquez. De este magnífico
madrigalista extremeño sonaron Zagaleja de lo verde, A,
Hermosa, y Si no os uviera mirado. Es precisamente esta última
pieza, recogida en su colección de Recopilación de sonetos
y villancicos a quatro y a cinco (Sevilla, 1560), la que permitió
al grupo desplegar todas sus habilidades vocales. A estas obras tenemos que
sumarle una conocida composición del polifacético Enrique VIII
Pastime with good company y Oy comamos y bebamos
de Juan del Enzina, esta última obra acompañada de arreglos
instrumentales.
Si la interpretación fue, en general, equilibrada
y rebosante de matices, hay que llamar la atención sobre
Si no os uviera mirado. Esta pieza de Vázquez reflejó
a la perfección la delicadeza y el alto contenido poético de
las canciones del extremeño, fiel reflejo de las prácticas musicales
y poéticas de la Castilla de su tiempo.
Las obras vocales de la segunda parte del programa
fueron determinantes para alcanzar a ver la calidad artística y técnica
de los intérpretes de los que no sería justo dejar de señalar
su cualificada preparación.
En suma, una agradable velada en compañía
de un sexteto de voces ciertamente prometedor del que tendremos cumplidas
noticias en próximos conciertos.